Quisiera tener varias sonrisas
de recambio
y un vasto repertorio de modos de expresarme.
y un vasto repertorio de modos de expresarme.
O bien con la palabra, o bien con la manera,
buscar el hábil gesto que pudiera
escudarme...
Y al igual que en el gesto buscar en la mentira
diferentes disfraces, bien vestir el engaño;
y poder, sin conciencia, ir haciendo a las gentes,
y poder, sin conciencia, ir haciendo a las gentes,
con sutil maniobra, la caricia
del daño.
Yo quisiera ¡y no
puedo! ser como son los otros,
los que pueblan el mundo y se llaman humanos:
siempre el beso en el labio, ocultando los hechos
y al
final... el lavarse tan tranquilos las manos.
Concha Méndez Cuesta nació en Madrid en 1898. Siendo muy joven comienza a
escribir poesía. Veraneando en San Sebastián, con 19 años, conoce a Luis Buñuel, y, durante cinco años, serán novios. Ese
noviazgo, y la amistad con Alberti y Lorca, la unirán al grupo del 27.
Viaja por varios países, destacando Inglaterra y Argentina. Conoce a
Manuel Altolaguirre en 1931, un año más tarde se casan y viven, de 1933 a 1935,
en Londres, donde nace su hija Paloma.
Este poema expresa un sentimiento de frustración y deseo de adaptarse a
las convenciones sociales mediante el uso de gestos, sonrisas
y palabras que encubren
la verdad. El hablante desea poder tener una variedad de "sonrisas de
recambio" y "modos de expresarse", lo que sugiere
que anhela poder
manipular su imagen
o sus emociones para encajar
en un mundo donde la apariencia importa más que la autenticidad.
Concha Méndez
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