Toda mi ilusión la he puesto
en la espera de un mañana.
¿Cómo vendrás? ¿Adornado
de blanca flor de retama
¿Cómo vendrás? ¿Adornado
de blanca flor de retama
o de flor de pensamiento
que de luto se engalana?
¿Vendrás con rojas miradas
¿Vendrás con rojas miradas
o con pálidas miradas?
¿Tendrás voz, tendrás sonrisa,
¿Tendrás voz, tendrás sonrisa,
o no me guardarás nada?
¡Mañana, horizonte en niebla,
¡Mañana, horizonte en niebla,
fiel timón de mi fragata:
hace tiempo que me llegas
hace tiempo que me llegas
con las velas desplegadas!
Josefina de la Torre
Josefina de la Torre Millares nació en Las Palmas de Gran Canaria, en 1907. Se crió en una familia que amaba el arte y la cultura; muchos de sus familiares eran poetas, pintores o músicos. Desde muy niña comenzó a escribir poemas y aprendió a tocar el piano, el violín y la guitarra. También aprendió a cantar y a actuar en un pequeño teatrillo que había construido su abuelo en su casa de Las Canteras. Allí organizaba obras de teatro en las que participaban todos los miembros de la familia.
En el texto la autora habla sobre el mañana con intriga de saber cómo será, si de una manera o de otra, resumiendo, es un poema con esperanza hacia el futuro. Josefina parece que ansía saber cómo será el mañana con anticipación y entusiasmo. Sin embargo, nombra que el mañana vendrá con "rojas miradas" o "pálidas miradas", dando a entender que se refiere a los sentimientos que el futuro pueda traer. En general el poema es una reflexión sobre la emoción que viene con la anticipación del futuro.
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